Un estudio de la Universidad de Stanford advierte sobre los riesgos que conlleva el uso de la Inteligencia Artificial del ChatGPT, aunque también destaca algunos beneficios.
El primero de los riesgos es que el modelo no puede reflejar la diversidad cultural humana, por lo que no es útil como herramienta educativa en regiones donde se necesita una comunicación más coloquial.
En segundo lugar, las respuestas del ChatGPT son muy genéricas y no son óptimas para mejorar el aprendizaje de una persona.
En tercer lugar, el modelo suele responder de manera errada pero con palabras pedagógicas, lo que puede generar desmotivación en los usuarios.
Por último, su uso podría sustituir cualquier forma de aprendizaje convencional, alejando a las personas de estos sistemas.
Por otro lado, la IA del ChatGPT también tiene beneficios.
En primer lugar, puede actuar como un estudiante en práctica para que nuevos maestros aprendan a enseñar. Además, ayuda a los profesores a mantenerse actualizados y actualizar sus planes de estudio.
En segundo lugar, la IA puede estimular la creatividad de los estudiantes, creando profesionales más ingeniosos.
Esto mejora la calidad del aprendizaje y reduce el miedo al juicio, una característica que ha frenado el desarrollo de muchos profesionales.
Es importante que como sociedad estemos informados de los pros y contras del uso de la IA del ChatGPT. Debemos encontrar un equilibrio entre su uso y el aprendizaje convencional para maximizar sus beneficios y minimizar sus riesgos.